En este nuevo encuentro del Máster Pastoral Familiar, que se ha celebrado en la Casa diocesana de Ejercicios ‘Betania’ en Sevilla, del 25 al 27 de abril, hemos tratado el tema “LA FAMILIA, SANTUARIO DE LA VIDA: CUESTIONES DE BIOÉTICA” de la mano del médico madrileño D. Rafael Del Río Villegas, especialista en Neurofisiología.

En estas sesiones hemos tratado y reflexionado sobre el valor de la vida humana a la luz del Evangelio y sobre la moralidad de los actos en la investigación bioética, teniendo en cuenta las distintas disciplinas científicas y las consideraciones de la ética filosófica.

Los cristianos debemos ser una muralla defensiva del valor de la vida y transmitir gratitud y admiración por quienes han tenido la generosidad de sacar adelante su familia, que es el verdadero valor constituyente de la comunidad humana.

A continuación, me gustaría compartir con vosotros el testimonio de Macarena Aranda y su marido Antonio Luque, unos amigos que finalizan el máster con este encuentro.

“El máster de familia para nosotros ha supuesto la culminación de un proceso de aprendizaje que empezamos hace mucho, cuando éramos niños. De pequeña, asistí como niña máster, traída por mis padres, junto con mis hermanos, para, en cada encuentro, beber de la esencia del máster: ser familia de familias. 

Con el tiempo, mis padres completaron la formación, pero no por ello nosotros dejamos de tener el privilegio de asistir a los encuentros, ya que, siendo monitora, comencé, junto con mis hermanas y, en algún encuentro, mi marido, a devolver ese don que habíamos recibido en forma de cuidado a los niños de los nuevos asistentes a la formación. 

No fue hasta hace tres años que pude empezar, ya casados y con niñas, mi formación como esposa, madre y familia. 

Y el broche no pudo ser más de oro. Cada uno de los encuentros a los que hemos ido, tanto de verano como de invierno, ha supuesto una roca firme en la que asentar nuestro proyecto de vida. Y no solo salimos reforzados conyugal y familiarmente, sino que nos llevamos el regalo de haber conocido a familias que ya forman parte de nuestra vida, nos acompañan y nos ayudan a ser lo que estamos llamados a ser: minorías creativas.”

Familia Visiers Blas